El vestido de novia es una prenda muy especial para cualquier mujer. Muchas chicas quieren conservarlo durante el resto de su vida a modo de recuerdo, y en algunos casos, aunque no es lo habitual, incluso pueden prestarlo a alguna persona cercana. Esto no es muy frecuente, pero puede ocurrir en algún episodio familiar, sobre todo si el vestido es de corte atemporal. Hoy te mostramos cómo guardar tu vestido de novia.
Por qué guardar recuerdos de tu boda
Las personas, cuando se casan, lo hacen pensando que es la única vez que van a vivir ese momento, y, por tanto, es una experiencia que pasara a ser inolvidable. Incluso, si hay segundas nupcias, también son jornadas que quedan en el recuerdo.
Y justo de eso va nuestro artículo hoy. Los recuerdos de boda son esa pequeña ayuda que sirve para rememorar un día feliz, rodeado de los seres queridos y donde los cónyuges son los absolutos protagonistas del evento.
El álbum de fotos es el recuerdo más vivo del día de la boda, porque las imágenes despiertan la memoria, pero hay otros, como veremos más adelante, que también evocan sentimientos muy emotivos. En el caso de las novias, muchas de ellas deciden conservar su traje, pues no deja de ser un look que han decidido hasta el detalle para sentirse más guapas que nunca.
Cómo debes guardar tu vestido de novia
¿Qué hago con el vestido de mi boda? Se preguntan muchas novias. Pues lo mejor es conservarlo, porque es un recuerdo que te llevará a días de vino y rosas, a una jornada que fue inolvidable. En estos casos, la duda es, cómo guardar un vestido de novia.
El primer paso es limpiarlo con mucha delicadeza, cariño y mimo. Aquí no sirven los jabones ni los detergentes convencionales. Puedes meter tu traje en la lavadora, pero debes hacerlo en un programa delicado, usando jabón neutro y sin que hayan pasado más de 12 o 24 horas. Así asegurarás que las manchas no se fijen en las fibras.
Tras lavarlo, toca secarlo al aire libre y que le dé el sol. No olvides extender el vestido. En cualquier caso, si no te atreves a introducirlo en la lavadora, lo mejor es llevarlo a una tintorería, donde lo dejarán como nuevo.
El siguiente paso es restaurarlo. Cuando esté limpio comprobarás si ha sufrido algún desperfecto. En caso de que tenga alguna costura suelta o una pequeña rotura sin importancia, lo puedes dejar como está, sin necesidad de volver a coserlo. Pero si ha sufrido daños más visibles, una alternativa es transformar el traje. Muchas chicas deciden convertir su vestido de novia en vestido de fiesta, así pasa a ser una prenda que pueden volver a utilizar en alguna ocasión especial.
Cajas para guardar vestidos de novia
Cuando el vestido ya esté seco, y perfectamente disponible para volver a ser usado, llega el momento de guardarlo. Lo ideal es envolverlo en paños de algodón finos para que el tejido transpire. Otra alternativa es utilizar papel de seda incoloro y libre de ácidos, pero sin introducir el traje a presión. Las fundas de plástico no son una buena idea, porque son materiales que no ofrecen una buena transpiración y esto puede derivar en moho y manchas de humedad.
En este sentido, la mejor opción son las cajas de cartón, y a ser posible que sean de buena calidad y confeccionadas a medida, para que el vestido tenga todo el espacio que necesite. Las cajas deben estar bien cerradas y sin que la luz pueda penetrar, para que no pierda color el vestido.
Finalmente, a la hora de guardar la prenda, hazlo siempre en horizontal y en lugares no húmedos, en espacios sin luz y que no tengan exceso de calor. Las temperaturas extremas y la humedad contribuyen a estropear el vestido, porque es muy delicado. Desde Grupo La Nave te ofrecemos la solución perfecta para conservar tu vestido de novia, uno de nuestros trasteros o minialmacenes que están equipados con las condiciones óptimas para alojar tan apreciado recuerdo.
Qué recuerdos de tu boda deberías guardar y cómo hacerlo
Junto al vestido, hay otros muchos objetos o prendas que puedes conservar del día de tu boda y que se convertirán en recuerdos de un día único. Así, cuando te toque rememorar una jornada inolvidable, ya podrás acudir a más artículos especiales y no solo al álbum de fotos.
El ramo de flores
Este es uno de los objetos que más se guardan. Las flores siempre aportan color y alegría. Aquí la idea es acudir a una empresa especializada en secado de ramos, ya muchas floristerías disponen de ese servicio, y así puedes conservarlo para siempre. A su vez, muchas novias deciden enmarcarlo e integrarlo en el hogar como parte de la decoración.
El centro de la mesa nupcial
Para conservar este recuerdo tendrás que pedir permiso al catering o al salón donde celebres la boda, o a la empresa de decoración que se encargue de poner todo a punto. La idea es que el centro de mesa que preside el lugar donde vives el banquete de bodas, pase a formar parte de la decoración de tu vivienda, como un elemento ornamental más.
Si no hay esa posibilidad, porque se ha deteriorado o porque es un objeto fijo que no se puede desplazar, hay otras opciones como el mesero, otros elementos de la decoración, algunas flores, velas y hasta parte del photocall.
El diario de bodas
Una práctica que se está haciendo muy común es el uso de un diario o una agenda de bodas. En ella los novios van anotando todos los preparativos para el gran día. Se trata de una herramienta muy útil para agilizar la organización.
Si eres de esas novias que les gusta tener todo a punto y muy bien detallado, te encantará volver a revivir los nervios de los días previos y la agradable sensación de que todo salió como esperabas.
Ya sabes cómo guardar el vestido de novia, así como otros objetos que podrás convertir en recuerdos cuando pase el tiempo. En Grupo La Nave te recomendamos no dejar ningún detalle sin cuidar, pues no solo hay que guardar bien estos objetos o prendas, sino conservarlas perfectamente en el tiempo.