La limpieza doméstica es una tarea muy poco atractiva para la mayoría de la población, pero hay quien encuentra en estímulo en estos quehaceres. Cuando se trata de procesos rutinarios, no supone tanto rechazo, pero qué ocurre cuando la vivienda está en peor estado, hoy te enseñamos cómo limpiar una casa muy sucia y desordenada.
En estos casos, limpiar la casa es un trabajo que conlleva más tiempo y más planificación. El primer gran cometido es ordenar todas las estancias, retirar aquello que impida una correcta ejecución de limpieza y deshacerse de todos esos elementos que no sean de utilidad. A partir de ahí, ya sí, limpiar sin olvidar que el mantenimiento periódico es otro consejo clave para conservar la vivienda en buen estado.
Consejos para ordenar una casa muy desordenada
Una casa desordenada y sucia suele ser sinónimo de una vivienda no habitada, como una segunda residencia o una casa familiar que ya no se usa. Si es el primer caso, no es que la segunda residencia esté abandonada, sino que no es el lugar de domicilio habitual.
En cambio, cuando es el hogar familiar, siempre suele existir más orden y cuidados. Y eso incluso aunque quien lo habite no sea muy amigo de la limpieza y la organización. Hasta las personas más desordenadas intentan conservar su vivienda en buen estado.
Para las primeras situaciones, cuando la casa desordenada sea prácticamente inabordable, son bien bienvenidos estos consejos.
Divide el trabajo en varias sesiones
Limpiar una casa desordenada y sucia no es tarea de un solo día. Mantén un orden lógico, primero ordena la vivienda y después limpia. Si es la casa en la que vives de manera habitual, dedica un ratito todos los días a dejar todo lo que desordenaste en tu sitio, pero no inviertas mucho tiempo.
Cuando es una segunda residencia, planifica bien el calendario y no abarques más de lo que puedes. Una primera visita para conocer el estado real y ver qué acciones hay que ejecutar es la mejor opción.
Retira lo que no vayas a utilizar y almacena lo que sí sea útil
La mejor forma de organizar una vivienda, en lo que respecta a la disposición de elementos, es vaciar de contenido el espacio. Hay que tener en cuenta que después de liberar el desorden llega el momento de limpiar.
Cuando estés inmerso en la tarea de decidir qué hacer con los elementos, desecha aquello que ya no utilices y solo sirva para ocupar espacio en el que podrías tener otras cosas. Lo que sí resulte útil, busca un lugar temporal de almacenamiento mientras abordas la limpieza.
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Para una casa desordenada, accesorios que inviten al orden
El desorden aparece cuando no encontramos espacios en los que colocar las pertenencias. La ropa tirada en la habitación, los objetos de oficina repartidos por todas las estancias, los juguetes tirados en el suelo, los enseres de higiene y aseo sin cuidar…
La solución para estas situaciones es comprar accesorios como perchas, burros para la ropa, estanterías, cestos para el baño, pequeños separadores, cajas, pequeños baúles… Parecen artículos innecesarios, pero una vez que los tengas disponibles descubrirás su utilidad.
Con estas recomendaciones ya estará lista la casa para comenzar con la limpieza. El resumen es sencillo, liberar espacio, desechar todo aquello que está en mal estado o que no sirve para gran cosa ni tiene valor sentimental y almacenar fuera de la vivienda temporalmente lo que sí resulta útil.
Cómo limpiar y mantener limpia una casa muy sucia
La rutina del orden se completa con algunas nociones básicas de organización: las mesas siempre han de estar despejadas, la ropa en el armario, en las zonas de paso no debe haber objetos impidiendo el tránsito y cada pertenencia debe volver a su lugar de almacenamiento tras su uso. Cuando todo está en orden, llega la rutina de limpieza.
Programar tareas que se ejecutan de manera independiente
La lavadora, el lavavajillas, e incluso posteriormente la secadora, no requieren de una atención constante. Puedes optimizar el tiempo si dejas que los electrodomésticos vayan haciendo su trabajo mientras tú te dedicas a otras tareas.
Aquí ten en cuenta una cuestión, si es una segunda residencia, es posible que la potencia contratada de electricidad sea baja y salte el diferencial al encender varios electrodomésticos potentes al mismo tiempo.
Limpiar paredes y ventanas
Las paredes, las ventanas y el suelo son lo primero que hay que limpiar. Retira el polvo de las paredes, también del techo donde descubrirás muchas telarañas, especialmente en las esquinas, y barre el suelo. En las ventanas haz lo propio, con mucha atención a los marcos y el cajón de las persianas.
Para este proceso puedes utilizar una escoba o aspirador en el suelo y un plumero de microfibras para las paredes y el techo. Los electrodomésticos de limpieza son una mejor alternativa cuando la vivienda ya esté limpia, para tareas más periódicas.
En esta tarea de retirar el polvo, no olvides la superficie de todos los muebles, también los textiles y los elementos decorativos, así como las lámparas y el resto de luminarias.
Utiliza productos específicos para cada área y superficie
Una vez el polvo acumulado haya desaparecido, es el momento de fregar. Pensarás que solo es necesario limpiar el suelo, pero no es así, en algunas superficies también hay que usar bayetas con un poco de producto limpiador.
En la cocina y el baño, que son zonas donde se acumulan muchas bacterias y microorganismos, hay que mostrarse especialmente cuidadoso con la limpieza. A su vez, durante la sesión de limpieza hay que mantener la vivienda bien aireada, para que desaparezca el olor a cerrado.
Estas recomendaciones son básicas y dan respuesta a cómo limpiar una casa muy sucia y desordenada. Pero lo realmente importante viene después de este proceso. Cuando ya esté en buen estado, habrá que seguir con las tareas de limpieza periódicas.